Club Inglés del Puerto de la Cruz BRITHIS CLUBDEPUERTO DE LA CRUZ
1902, empezó a tomar forma la idea de formar un club deportivo. Mientras, residentes como el capitán Hamilton Boyle, el reverendo Arthur Chaplin Humphreys, el doctor Frederick Lisham, señores como Wooley y Osbert Ward, se reunían para jugar unos partidos en la Hacienda de San Antonio (Casa de Los Blanco), donde vivía el Abogado Boreham y su familia, había una cancha de tenis de cemento y un césped para jugar al croquet, un juego de alta sociedad inventado por los ingleses. Los mismos señores se reunieron de nuevo en el Palacete del Robado, la magnífica mansión del coronel Owen Peel Wethered, con el vicecónsul Thomás Reid y el señor Gregory, ya que los jardines de esta casa también jugaban al croquet y al antiguo juego de bolos para tomar el té y para disfrutar de sus picnics.
Cuatro años más tarde, en 1906, al crecer la popularidad de estas reuniones privadas y también la cantidad de visitantes que llegaban al Puerto de la Cruz, estos divertidos y excelentes ejemplos de la sociedad británica de reputación antigua decidieron alquilar los terrenos de la señora Cecilia Zamora, pagando la suma de setecientas cincuenta pesetas de entonces al año. Son los mismos terrenos en donde permaneció hasta recientemente el Club Inglés desde su inauguración el 15 de noviembre de 1906 con el nombre del Orotava Bowling and Recreation Club. En 1907, los gentlemen que preferían el juego de bolos, al que jugaban de una forma meticulosa, algunos de los socios más atrevidos tuvieron la impertinencia de sugerir que ante la ausencia de un auténtico campo de tenis, tal vez podrían jugarlo en el césped de los bolos. Fue el momento que los socios se plantearon dotar al club de unas espléndidas canchas de tenis, las cuales se inauguraron en 1924.
Muy pronto se organizaron los primeros torneos entre clubes (el Hespérides de La Laguna y el propio Club Inglés de Santa Cruz). Al club se unieron más jóvenes y al llegar los vibrantes años veinte se puso de manifiesto la necesidad de incorporar algunos entretenimientos no exclusivamente deportivos y se organizaron estupendos bailes y otras actividades. El club se legalizó en 1908 al registrarse como una sociedad nacional, desgraciadamente llega la Primera Guerra mundial y muchos de los jóvenes britanicos abandonaron la isla para dirigirse como voluntarios a la contienda. Años después, el estallido de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial no dejaron recuperar al club. La vida del club y el número de sus socios se vieron muy afectados. Aunque fue el espíritu británico lo que lo mantuvo en pié durante estas décadas difíciles, fue gracias a algunos socios españoles de las más distinguidas familias de la burguesía local lo que le dio vida deportiva junto con otros factores, influyeron decisivamente en el número de visitantes. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, el club recuperó su antiguo esplendor y se incorporaron nuevos socios isleños. De él salieron algunos de los mejores tenistas de la isla. El Club Inglés del Puerto de la Cruz siempre fue patrimonio de sus socios mantuvieron sus costumbres semejante al estilo altamente colonial de los que se respiraba, por ejemplo, en Calcuta o en Nairobi.
A finales de marzo del 2003, fue obligado a dejar su rincón de casi cien años, arreando la bandera británica de su hasta por el Sr. D. David Reid, ultimo presidente del Club fue doblada y entregada en las manos al cónsul británico en esta Isla Mr. Divis Ward. Por esto es justo, al caer otra de esas cosas que han sido importantes piezas en el destino turístico del Puerto de la Cruz, esperamos que para el Club Inglés esto sólo haya sido como una derrota deportiva y que muy pronto sus socios y la generosidad del destino faciliten el hallazgo de otro lugar, donde el legendario British Games Club pueda seguir haciendo historia y sus socios no solamente seguir jugando, sino también atraer a nuevos socios tanto nacionales como extranjeros. No hay duda de que la existencia de un Club Inglés podría ser una pieza fundamental en el atractivo turístico internacional del Puerto de la Cruz.
Bernardo Cabo Ramón
John Reid y Nicolás Lemus. Revista semanal de El Día 16 agosto de 2003.
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