SEBASTIÁN PÁDRON ACOSTA 1900-1953

SEBASTIÁN PADRÓN ACOSTA 1900-1950

SACERDOTE, INVESTIGADOR, PROSISTA Y POETA

Nace Sebastián Ignacio Padrón Acosta, en el Puerto de la cruz, el día 31 de Julio de 1900, en la calle Las Cabezas, nº 36, su padre Luis Padrón Hernández y su madre Victoria Acosta Álvarez, fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia el día 5 de octubre del mismo año por el presbítero Guillermo Topham. Pasa sus primeros años de infancia en el barrio de Las cabezas y parte de su niñez en la casa de su abuelo el médico Sebastián Padrón Fernández, dicha casa estaba ubicada en la calle Esquivel. Su familia se traslada a Santa Ursula donde su padre toma el cargo de secretario de la administración del Ayuntamiento, aquí pasa otra parte de su niñez y adolescencia, donde surge su vocación religiosa recibiendo lecciones del párroco. Debido a la profesión de su padre viven también en La Esperanza, Fuerteventura y La Gomera.

Su formación comienza en 1914 ingresando en el Seminario Consular de Santo Tomás de Aquino, de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, donde permanece doce años estudiando la carrera eclesiástica, el Sr. Obispo de la Diócesis Nivaríense Fray Albino González y Menéndez-Reigada, confirmo a Sebastián Padrón Acosta en la capilla del Obispado, la tonsura el 17 de Septiembre de 1926, las ordenes menores el 18 de septiembre y el 26 de diciembre de 1926, y el orden del subdiaconado 2 de Abril de 1927 en la Capilla del Seminario, el orden del diaconado el 8 de Enero de 1928. Y por último, el presbiterado en la Catedral de La Laguna el 2 de Junio de 1928. 

Una vez tomadas las órdenes, y llevado por su afición por los estudios, solicitó permiso para estudiar el bachillerato en el Instituto de Canarias de La Laguna, obtiene el título en 1932, este mismo año se matricula en la Universidad de San Fernando de La Laguna en la facultad de Derecho, donde solo estudio el primer año.

En 1922 comienza sus primeras publicaciones colaborando para las hojas dominicales que se distribuían en las parroquias, comienza a publicar artículos literarios en el Heraldo de La Orotava, entre octubre de este mismo año y julio de 1923 colabora en la Revista de Historia del Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria. El primer servicio ministerial que desempeña como coadjutor fue en Frontera en la isla del Hierro, en la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria desde el 1 de Agosto de 1928 al 1 de Septiembre de 1929, su segundo destino es en Santa Cruz de La Palma como capellán del Hospital, donde permaneció hasta el 23 de Abril de 1931, fecha en la que pasa a ser coadjutor en su Ciudad natal del Puerto de la Cruz, en la iglesia de Nuestra Señora de la Peñita en el barrio ranillero.

Por el año 1940 o 1941, le trasladan a Santa Cruz de Tenerife, como coadjutor en la parroquia de San Francisco, instalándose con su hermana Pilar en el nº 7 de la entonces Barriada Beautell en el barrio de las Cuatro Torres de la capital tinerfeña, dedicándose a sus misas, visita a enfermos y da clases de latín para poder subsistir, ya que todo lo gastaba en libros y limosnas, todo su tiempo libre lo dedicaba a desarrollar su trabajo de investigación, lectura y a escribir artículos de colaboraciones con la prensa de las islas, El Día, de Leoncio Rodríguez, en el vespertino La Tarde, que dirige su buen amigo Víctor Zurita. Escribe guiones para la emisora Radio Club Tenerife EAJ 43, cuyo director artístico era Manuel Ramos Vela, publica trabajos en la Revista “Historia de la Universidad de La Laguna”, y en 1943 es elegido miembro de Estudios Canarios del Museo Canario de Las Palmas de Gran canaria. 

Dos aspectos destacan el trabajo de don Sebastián. En primer lugar, las biografías gracias a su trabajo, se conocen hoy a muchos canarios sumido en el olvido. En segundo lugar, la búsqueda de información de las obras que caen en sus manos, que le facilitaba su amplísima formación cultural y intelectual.

Con las investigaciones artísticas, Históricas y Literarias, algunas Antologías y sus obras de creación personal pasa los doce últimos años de su vida. Durante este tiempo son excelentes sus trabajos biográficos de pintores y escultores canarios entre otros Rodríguez de la Oliva (1943), Fernando Estévez (1943), Juan de Miranda (1948), Valentín Sanz (1949) y Luis de la Cruz y Ríos (1952). Entre sus trabajos de investigación histórica destacan: Apuntes históricos sobre la Parroquia Matriz (1943-1945), Los héroes de la derrota de Nelson (1948), El deán Jerónimo Roo (1950) y el Ingeniero Agustín de Betancourt y Molina (1951). En lo referente a la investigación literaria, la Biblioteca Canaria recoge cuatro trabajos suyos sobre José de Anchieta, la vida en Coimbra y Brasil de este lagunero universal del siglo XVI (1940), un folleto titulado “Poetas Canarios” donde nos da una visión general de las obras de los poetas insulares, y incluida las poetisas, Josefa de Sacramento, María Viera y Clavijo, Fernanda Silueto Briganty, Victoria Ventoso Cullen, Cesarína Bento Montesinos, Isabel Poggio de Llorente, Ángela Mazzini, Victorina Bridoux, Mercedes Letona del Corral, Leocricia Pestana Fierro, Isaura de las Casas Martín, Bohemia Pulido Salazar, Lía Tavio. Otras de sus obras son: “La poesía de Juan Tabares Bartlet” (1950), “El Romanticismo de José Benito Lentini” (1952), “El Doncel de Mondragón” (1952). Sus antologías: “De La Laguna y su Santísimo Cristo” (1943), “La Copla Drago” (1946), “Cien sonetos de autores canarios” (1950). Sus obras de creación personal: en poesía, “Teide” y “El surco de las estrellas” (1950); y en novela “La moza de Chimaque” (1947).

Obras Póstumas suyas, “El teatro en Canarias”, “Fiesta de Corpus” (1954), “Poetas canarios de los siglos XIX y XX”, “Retablo canario de siglo XX”. 

Fue uno de los investigadores y figuras más destacadas de las letras canarias de la primera mitad del siglo XX. Una parte de su extensa obra esta dispersa, entre revistas y prensa, de este Sacerdote, investigador, prosista y poeta, portuense. 

En 1951 sin conocerse los motivos, se encerró entre las cuatro paredes de su cuarto en la casa de su hermana Pilar. Allí rodeado de libros, envuelto en una espesa atmósfera de tabaco y café, se entrego a su labor literaria mientras se consumía lentamente. El Obispo Domingo Pérez Cáceres, seguía atentamente su enfermedad, habiéndolo visitado varias veces.

Falleció a la siete de la mañana del día 6 de mayo de 1953, este mismo día a las cinco de la tarde tuvo lugar las honras fúnebres en la iglesia de San Francisco de Santa Cruz de Tenerife, con el acompañamiento de una multitud de gentes de todas las clases sociales, representaciones de autoridades, de intelectuales, artistas y numerosísimos sacerdotes. A continuación fue el traslado de sus restos al cementerio de San Carlos del Puerto de la Cruz, donde recibió cristiana sepultura en un nicho donado por el Ayuntamiento de su ciudad natal presidido en esta época por su buen amigo Isidoro Luz Carpenter. 

Este es otro de los hijos ilustres de este Puerto de la Cruz, olvidados sin un busto en los muchos y hermosos jardines de su barrio de Las cabezas que le recuerde en el tiempo, esperemos que algunos de nuestros políticos se dediquen embellecer la ciudad con los bustos de tantos hijos ilustres que dieron a este Puerto de la Cruz nombre y prestigio tanto en Canarias como fuera de ella.

Bernardo Cabo Ramón